Desde el corazón de la ciudad de San Luis Potosí el conocido panteón del Saucito vivió el día de muertos por todos los pasillos y avenidas del camposanto, se llenaron de familias que, con flores de cempasúchil en las manos y nostalgia en la mirada, dedicaron tiempo a honrar a sus seres queridos.

Cientos de ciudadanos visitaron a sus abuelos, decoraron las tumbas con veladoras y alimentos que les gustaban, el ambiente en el panteón del Saucito -a pesar de las quejas- estuvo lleno de color y simbolismo.

Las flores de cempasúchil, las velas y música envolvieron a los asistentes en una atmósfera de respeto y comunión con el pasado, donde una vez más se muestra la riqueza de la cultura mexicana.

El día, cargado de simbolismo, demuestra que, aunque el tiempo pase, el amor y recuerdo de los seres queridos deben mantenerse vivos.

Que prevalezcan en nuestra memoria, así como en el cuidado de los lugares donde descansan.